Pese a que las autoridades culturales del país han reconocido que hay una epidemia activa y el semáforo epidemiológico no ha cambiado de color naranja en un gran lapso de tiempo, recientemente se anunció que el Museo Nacional de Antropología reabrirá sus puertas al público a partir del 11 de noviembre.
Mientras en Europa se preparan para el siguiente confinamiento, tras el cierre de los espacios públicos, incluyendo los museos para evitar contagios de Covid-19, México ha tomado distintas medidas para la reapertura de espacios a pesar de las 95 mil personas fallecidas por esta emergencia sanitaria.
En un comunicado, Diego Prieto, Director del Instituto Nacional de Antropología e Historia, invita al público a respetar los lineamientos sanitarios, atender las recomendaciones y señalamientos que el personal del INAH indica durante la estancia en estos espacios del museo más visitado de México.
Abrirá con algunas restricciones
Será el miércoles 11 de noviembre, cuando el Museo Nacional de Antropología reabra sus puertas al público luego de meses cerrado, debido a la pandemia por Covid-19. Las visitas serán de martes a sábado en un horario de 10:00 a 17:00 horas. Durante el acceso y el recorrido, el uso del cubrebocas será obligatorio; en caso de que alguna persona presente síntomas relacionados con el coronavirus será canalizado debidamente a los servicios médicos.
El número de visitantes permitido, será de acuerdo al 30% del aforo promedio cada día. Es decir, un máximo de mil 500 personas por día, según las dimensiones de las salas para regular el flujo de visitantes y bajo una capacitación del personal de custodia. Y en cuanto a las visitas guiadas, sólo se permitirán grupos de máximo cinco personas, contando al guía. La cafetería operará también al 30 por ciento de su aforo.
“El museo ha trabajado atendiendo sus actividades esenciales, ineludibles e indispensables, como el cuidado de sus colecciones y el mantenimiento de sus instalaciones. Un ejemplo es el gran trabajo que se ha hecho en el estanque del patio principal, donde se rediseñó la iluminación, se implantó flora de humedales y un ajolotario”, declaró el director del INAH.