DANZA

Seguimos en pie

Los especialistas reconfiguramos espacios y adaptamos los planes de estudio para la “nueva era de enseñanza de la danza”

CULTURA

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CIMIENTOS. Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey. Foto: Cortesía ESMDM

Cuenta la historia que en aquellos años, sorpresivamente todos los habitantes tuvieron que cerrarlas puertas de sus hogares. Como si de pronto se hubiera nublado; no había razones, no había respuestas. La incertidumbre inundó las almas de aquellos que lo vivieron, puertas clausuradas, ventanas cerradas y salones vacíos en un silencio, tal que abrumaba. Como un estruendo, de pronto, las “ventanas” de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey (ESMDM) se abrieron; eran las notas, ritmos, giros, saltos de los alumnos de esta institución, quienes guiados por sus maestros, irrumpían para ser la evidencia de aquello que sucedía en 2020.

Entusiasmo y creatividad

Podría ser el inicio de una historia que se contará en algunos años, destacando el esfuerzo de directivos, maestros, administrativos, estudiantes, padres de familia y por supuesto, el patronato; la difícil tarea de continuar desde nuestros hogares con nuestros programas académicos y culturales. Tuvimos que transformar nuestra cotidianidad. A través de herramientas tecnológicas los especialistas de la ESMDM reconfiguramos espacios cotidianos y adaptamos los planes de estudio para descubrir la “nueva era de enseñanza de la danza”; aplaudo a los catedráticos por su entusiasmo y creatividad.

Los contemporáneos, estudiantes de entre 15 y 25 años. Buscaron la manera de que las contracciones, espirales, fuera de centro, alargamientos de torso y otros movimientos, fueran explicadas y reflejadas ante la pantalla. Había que ser mucho más concreto en el vocabulario. También ser empáticos ante las dificultades de jóvenes que se quedaron sin trabajo y tuvieron que regresar a su lugar de origen.

Juegos personalizados

Los clásicos, estudiantes de entre 9 y 25 años. Ante una técnica específica, los tendus, pliés, grand battement, développés, los especialistas también tendrían que verbalizar impecablemente las indicaciones y agudizar el ojo  para detectar a través de la pantalla cualquier detalle . Pero aquí existía un reto mayor: las niñas y niños de primero. ¿Cómo hacerles llegar tan rigurosas indicaciones? ¡A jugar se ha dicho! Pelotas, muñecas, saltando la cuerda, palmadas con ritmos, ejercicios.

Los folklóricos, estudiantes de entre 12 y 19 años. El sonido a través de plataformas llega desfasado –un simple “zapateado de tres” entre 21 estudiantes, se convierte en un aguacero–. La estrategia tenía que ser diferente, dedicarle un tiempo específico a cada alumno. 

HISTORIA. Edificio de la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey. Foto: Cortesía ESMDM

Atendiendo a las autoridades, que proyectan el retorno a nuestro hermoso edificio en 2021. Es nuestra misión, es nuestra entrega, juntos comunidad de danza en la ESMDM, representantes del INBAL y de la mano siempre de nuestro patronato.

Ser la evidencia positiva de lo acontecido en 2020 y continuar dignificando la danza como profesión que ahora más que nunca, encuentra un lugar en el mundo y en el alma de la humanidad.

¡Seguimos en pie!

Por Diana Farías

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