El confinamiento por COVID-19 permitió que las personas estudiaran, leyeran o comenzaran a repensar sus proyectos; en el caso de Woldemberg Pérez, un estudiante de tecnologías y software, este tiempo le permitió explorar el mundo de la Inteligencia Artificial (IA).
“Al inicio de la pandemia perdí mi trabajo, entonces comencé a pasar más tiempo en una plataforma que se llama Github, en ella los desarrolladores comparten sus programas y los hacen de uso libre”, contó Pérez.
De acuerdo con el joven estudiante, fue ese el momento en el que comenzó a adentrarse en la Inteligencia Artificial, donde, motivado por el trabajo de un italiano que dio color a una cinta de 1914, decidió aprender el lenguaje tecnológico y hacer lo mismo, pero con Macario, cinta de Roberto Gavaldón, que a su padre y a él les parece la joya más grande la Época de Oro del cine mexicano.
“Antes de darle color a la película practiqué con algunas fotografías de Tuxtla Gutiérrez que estaban en blanco y negro y con algunos fragmentos en video; después de dos días de dedicarme a aprender, comencé a trabajar en el filme”, agregó.
Sobre el proceso explicó que todas las noches, durante cinco meses, logró colorizar de 3 a 5 minutos de la película de Roberto Gavaldón.
Sobre su trabajo
- Pérez Zúñiga cursa el quinto semestre de la Ingeniería en Tecnologías y Desarrollo de Software, en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH).
- Está interesado en darle color a “El esqueleto de la señora Morales”, de Rogelio A. Morales, otra de sus películas favoritas.
- Recientemente colorizó un fragmento de tres minutos de “El Escapulario”, un filme Servando González, de 1968.
- Woldemberg trabajó el proyecto en la plataforma de Google Colab y con Stable, un modelo artístico que utiliza inteligencia artificial y que se entrena y aprende a colorizar con cada nuevo proyecto.
- 1 hora 30 minutos es la duración de “Macario”
- 2 días le llevó pasar la película de 24 a 60 fotogramas por segundo
- 700 mil reproducciones tiene el filme en YouTube
Por Azaneth Cruz