Los enojos de su hija le inspiraron a crear un libro llamado La princesa berrinchuda, pero esa misma rabieta le obligó a pulir su obra porque la principal y más severa crítica la vive en su casa, reconoce el famoso ilustrador de libros infantiles, nacido en Taiwán, Lai Ma.
Mis hijos tienen muchas opiniones de mi trabajo. La princesa berrinchuda es una historia basada en mi hija menor, que le gusta llorar mucho. Así la retraté como un cocodrilo, originalmente era uno verde, pero ella lo vio y no le gustó porque lo quería rosa”, reconoció entre risas el ilustrador.
El creador del bestseller ¡Me convertí en un dragón que escupe fuego! añadió que su creatividad la alimenta de las cosas sencillas de la vida: “Busco mi inspiración en la vida cotidiana. Mi primer libro se me ocurrió hace más de 20 años cuando un mosquito no me dejaba dormir, entonces pensé que podía convertirse en una historia. Con el paso de los años, me casé, y mi familia se convirtió en mi fuente de inspiración”.
Sus libros han sido exitosos en distintas partes del mundo; el secreto es trama principal con estructura, pero con ilustraciones repletas de detalles.
Afirma que en las imágenes tiene la posibilidad de incluir muchos detalles: “A veces juego porque escondo sorpresa en las ilustraciones y trato que padres e hijos, cuando las vean, también puedan generar sus historias”. Los padres de hoy, agrega, tienden a ser muy exigentes con la educación de sus hijos, “lo que busco es que se pueda generar un espacio de relajación y de diversión, que puedan compartirse momentos, una historia que los una”.
INFANCIA ALIMENTADA CON CÓMIC JAPONÉS
Lai Ma recordó que cuando era niño dibujaba en cualquier papel: “En Taiwán no había muchos libros ilustrados, no era una industria que estuviera boyante como ahora. Existe un negocio de rentas de comics, es muy barato. Los primeros (cómics) que conseguí eran así, los rentaba, ya si me gustaban mucho los compraba”, el ilustrador asiático recordó que la renta de un cómic costaba un 10 por ciento de precio total.
Sus primeros libros de cómics eran mangas japonesas, hoy Lai Ma se siente afortunado de que esos dibujos con los que alimentó su imaginación lo llevaron a crear sus libros.

POR ADRIANA LUNA
eadp