Hacer arte al natural

La pintora Andrea Peña muestra el lenguaje colorido de la naturaleza, en cada pieza de su nueva exposición

Andrea Peña estudió diseño textil y moda, sin embargo, su curiosidad la llevó a investigar y aprender sobre las etnias, las costumbres de los antepasados y la conexión con la naturaleza, por lo que pronto, esa pasión hizo que se adentrara en el mundo del teñido de telas y artesanías.

Con su más reciente exposición, La alquimia del pigmento, la mexicana buscó regresar a las raíces que la hicieron profundizar en el maravilloso universo de las plantas y los minerales, y con ello exponer los procesos y sus conocimientos vertidos en una mesa, recipientes, elementos y en una serie de cuadros de arte.

“La verdad, desde pequeña me gustaba mucho pintar, pero fue hasta después que mi curiosidad y mis ganas de explorar la conexión entre el hombre, la naturaleza y el universo, que decidí expresarme bajo la esencia de su lenguaje”, dijo Andrea Peña.

[caption id="attachment_835932" align="aligncenter" width="1200"]Andrea Pena TINTES. La artista experimenta con las tonalidades. Foto: Cortesía[/caption]

La exposición, que se puede visitar en Casa Polígono, bajo visitas programadas, muestra el proceso de la artista para convertir elementos de la naturaleza en pigmentos naturales. “En esta exposición presentó un poco el detrás de toda mi obra, la cual refiere a la parte de la creación de los pigmentos y cómo los empleo”, explicó.

Tras cinco años de estudio, la artista ha logrado trabajar siete pigmentos y los derivados de estos, explicó que las variaciones de color que existen al plasmarlas en una superficie, se pueden presentar debido al PH, la acidez o la alcalinidad del material sobre el cual se va a trabajar.

Por otra parte, explicó que el que más trabajo cuesta, es el añil, un tipo de azul que fue empleado en las Pirámides de Bonampak y motivo por el que es mejor conocido como azul maya; este pigmento es extraído de una planta llamada indigofera.

 

“El Palo de Brasil te da rojos, naranjas y morados; el Palo Azul, unos ocres divinos; el Pericón, tonos amarillos y puede llegar a tonos verdes como tierra; la cáscara de nuez, usualmente los ocres; el huizache, da desde verdes hasta negros, por mencionar algunos”, indicó Peña.

Por Azaneth Cruz

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