Los restos de un temazcal prehispánico descubierto en un predio de La Merced, en el Centro Histórico de la CDMX, han permitido ubicar el lugar donde estuvo el barrio de Temazcaltitlan, uno de los más antiguos de Tenochtitlan, según consta en el Mapa de Sigüenza, la Crónica Mexicáyotl y el Códice Aubin, los cuales relatan la historia de la peregrinación mexica.
El registro de este baño de vapor es uno de varios hallazgos realizados por un equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA), encabezado por Víctor Esperón Calleja, en la calle Talavera.
Hernando Alvarado Tezozómoc señala que en este lugar se hizo un temazcal para bañar y purificar a la doncella Quetzalmoyahuatzin, noble mexica que había parido en Mixiuhca, “allá se bañó la madre de Contzallan, por eso se denomina Temazcaltitlan, allá se bañaron todos los mexicanos, allá se asentaron”, escribió en Crónica Mexicáyotl.
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El arqueólogo explica que es la primera vez que se tiene un testimonio de la vocación de Temazcaltitlan, un barrio donde se veneraba a deidades femeninas como Tlazolteotl, Ayopechtli o Ixcuina (diosa del parto), Coatlicue, Toci, Chalchiuhtlicue y Mayahuel, advocaciones ligadas a la tierra, a la fertilidad, al agua y al pulque.
En el área oeste, se observan los restos del temazcal, elaborado con bloques de adobe y fragmentos de tezontle recubiertos de estuco. En la parte central se ve la pileta para el baño de vapor, así como una de las banquetas que formaban parte del mismo.
OTROS HALLAZGOS
También en la parte oeste, sobre el temazcal prehispánico, se encontraron restos de una casa que fue habitada por una familia de la nobleza indígena, una vez consumada la conquista de Tenochtitlan (1521-1620).
De la vivienda colonial, se han explorado 15 metros en sentido este-oeste, y 10 metros en sentido norte-sur. Un pasillo elaborado con piedra de río de 10 metros de largo y 2.70 de ancho, divide las cuatro habitaciones que conforman la antigua casa.
“La evidencia es relevante por el acabado de las paredes de las habitaciones, las cuales presentan un aplanado de estuco decorado con motivos en rojo y sus pisos son de bloques de adobe. Estos elementos nos indican que este espacio fue habitado por una familia indígena, posiblemente de origen noble”.
El predio ha supuesto una “caja de sorpresas”, pues en todo el terreno se distribuyen restos arqueológicos de sus distintas temporalidades, como es el caso de un complejo industrial para curtir pieles, el cual debió funcionar en la última centuria del virreinato español (1720-1820). Esta casa de curtiduría ocupó además la contigua Casa Talavera, según los hallazgos registrados en el área este de ese centro cultural.
Si bien las primeras curtidurías de la Nueva España se hallaban próximas a la Calzada de Tacuba, las quejas de los vecinos por los malos olores, obligaron a su desplazamiento al barrio de indios de San Pablo Teopan (así bautizado en la Colonia), dada su cercanía con la acequia Real o de la Viga.
El equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico ha concluido la liberación del predio, toda vez que ya se realizaron los registros gráficos y fotográficos de los restos arqueológicos, así como las tomas de muestras que servirán para afinar datos sobre sus distintas ocupaciones.
Por Redacción Digital El Heraldo de México
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