20 de julio de 1969: el mundo sigue, a través de la incipiente televisión, el anhelado arribo del hombre a la Luna. La hazaña maravilló al mundo, pero ¿por qué medio siglo después, el hombre no ha regresado a pisar la superficie lunar? “Definitivamente porque es muy caro, cada viaje es carísimo, son costos muy altos”, dice el físico José Franco, quien ha dirigido el Instituto de Astronomía de la UNAM.
Tan sólo, estima, el programa del taxi espacial Space Shuttle se calcula que costó 210 mmdd y, sin contar la inversión de la ex URSS y de China, la NASA ha gastado alrededor de 800 mil millones de dólares a lo largo de los últimos 50 años.
Franco ha decidido emprender un viaje menos costoso; se trata, afirma, de un viaje que la humanidad ha hecho desde el inicio de su existencia. Para la colección Noema, de editorial Turner, el científico escribe Alunizaje, un ensayo que aborda la forma como el hombre se ha relacionado con la Luna: los mitos, la literatura, la ciencia sobre la formación del Universo, del sistema solary del satélite mismo, así como las circunstancias que permitieron al hombre desarrollar la carrera espacial.
“Decimos que en 1969, el ser humano conquistó la Luna. Pero no, la Luna ya nos había conquistado desde el principio de los tiempos. El hombre siempre ha viajado a ella; a todos, desde pequeños, nos llamó la atención. Visitar la luna ha sido parte de nuestra existencia”.
Desde la mitología griega que imaginó a Dédalo y a su hijo Ícaro fabricando una alas para viajar con rumbo al Sol o del Orlando furioso de Ludovico Ariosto, que en 1516 concibió la historia de su personaje Astolfo, viajando a la Luna en un carruaje llameante, los viajes espaciales siempre han cautivado a la humanidad. En la lista está también la novela de Julio Verne, De la Tierra a la Luna; El hombre en la Luna, de Francis Godwin; El sueño, de Johannes Kepler, y Los primeros hombres de la Luna, de H. G. Wells.
POCA CARRERA ESPACIA
Franco recuerda que en 1962, México formó su Comisión Nacional del Espacio Exterior: “Vivió hasta 1977, sólo 15 años y fue cerrada sin una explicación. Se lanzaron cohetes, se trabajaron diferentes tipos de combustible, un cohete llegó a una altura respetable de 100 kilómetros”.
Fue hasta 2009 que volvió a crear una agencia espacial. Su vida, sin embargo, “ha sido muy complicada. De nada sirve tener una agencia espacial que no se dota de recursos”. La situación, opina el científico, es similar a la que vive la ciencia en general.
POR LUIS CARLOS SÁNCHEZ