Con viñetas que se alejan del humor característico del cartón político y que abogan por una propuesta más inocente, el dibujante e ilustrador Álvaro Fernández, mejor conocido como Ros, presenta No faltaba más (Lumen), una compilación de 170 de sus mejores trabajos, que publicó en 2016 y 2017.
¿Cómo dejar huella en un mundo digital repleto de contenido? Hay una sobrecarga de fotos, memes y selfies en las redes sociales, que no voy a criticar, porque las uso. Me gusta la idea de que la gente pueda regresar al dibujo. Lo que trato de hacer con mi trabajo es que dé un mensaje, pero además quiero que sea un hito.

¿Cuál es la función del cartón?
Aunque los dibujos sean muy sencillos deben transmitir algo, esa es su función. Entre menos abigarrado y claro esté, mejor. Sin embargo, me gusta dar pistas en los dibujos y dar más detalles trabajados, crear un dibujo en el que el lector observe y se acerque a observar y decirle: no veas y te vayas, mira los detalles.
¿Por qué no optaste por el cartón político?
Ya sobra, en los periódicos mexicanos sólo tenemos cartón político. Lo que yo hago, donde es una imagen o personaje el que comunica, es más bien de la tradición de publicaciones extranjeras, como el New Yorker. Estos son cartones que, a diferencia del político en los periódicos, es más abierto a la interpretación y presenta temas universales. Además, no tengo formación de periodista. El buen cartón político es el que desentraña cosas y, para eso, hay que tener conocimiento, explicar las cosas, no sólo hacer un chiste.

Además, haces reflexionar a tus lectores.
Es lo que espero, que la gente reflexione y le dé una vuelta si se ve identificado con algo; incluso, que se ría del cartón y se ría de sí mismo, si acaso se ve reflejado.
¿Cómo eliges tus temas?
Se trata de sentarse y vaciar ideas. Hay días en que estoy más inspirado que otros; el de hoy si no sale, por ejemplo, lo abandono y me pongo a trabajar en otras cosas. Es necesario estar concentrado y dejarse llevar. Es una cosa del bagaje.
Es tu tercer libro de compilación, ¿cómo haces la selección?
Lo que hago es seleccionar de entre un buen número de cartones; por ejemplo, en este caso elegí los primeros 500 que se habían publicado, y de ahí traté de hacer una selección de 170, número que acordé con mi editora. Me quedé con los que me siento más satisfecho. Sirve pensar en el libro y el recorrido que el lector hace.
¿Hay espacio para más cartonistas?
Hay espacio para hacer humor, el cual se da de muchas formas. No se tiene que ceñir al cartón político, al dibujo o a la parte editorial. El dibujo es un arte maravilloso.
¿Qué caricaturistas te gustan?
Crecí viendo cartones de Abel Quezada y leyendo a Quino y a Fontanarrosa. Luego ha habido cartonistas fantásticos, como Naranjo y jóvenes como Jis y Trino. POR MELISSA MORENO