GUADALAJARA.- Guillermo del Toro llegó ofreció la primera de tres Master Class que serán parte de las Actividades del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
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Vestido con jeans, suéter gris, y playera blanca, se sentó en una silla de tapiz rojo junto a los dos Oscar que ganó por La Forma del Agua, el creador mexicano aseguró, “esta película fue la más difícil de hacer para mí, ya que estaba pasando un mal momento, necesitaba un ungüento para el alma, una esperanza, sentía que si podía hacerla, tendría que ser una creación desde cero, como si fuera una canción, una imagen de luz y color y que tuviera belleza por encima de todas las cosas”, frase que ocasionó una ovación por las mil 695 personas que estuvieron presentes.
El crítico de cine Leonardo García Tsao abrió la conversación con el creador mexicano, de quien dijo que su trabajo había sido excepcional, a lo que Del Toro comentó, “quisiera que mi cine fuera sin sonido, ya que creo que lo más importante en la cinematografía es lo narrativo, el argumento y los personajes, sin necesidad de lo que hablen”.
Varios de los asistentes pudieron hacer preguntas a lo largo de más de una hora, además de felicitarlo le hicieron llegar algunos regalos al director de El Laberinto del Fauno, el mexicano respondió con algunas definiciones que utiliza cuando hace sus trabajos. “El cine no es química, es alquimia, es tomar elementos que tu transformas y transmutas y convertirlo en oro, los argumentos básicos son los arquetipos, los demás calificativos dan la personalidad de la película”
Guillermo del Toro describió algunos elementos de su cinta como el que usó lentes abiertos, para lograr mejores tomas, además habló de la relación con el fotógrafo, Guillermo Navarro, la cual fue la más importante. “Clasificamos los colores, porque un momento de simetría fue el color rojo, ella pierde el zapato de ese color, el cual fue animado ya que filmamos con una técnica de seco por mojado, que simplemente es humo y cámara lenta”.
El director además compartió que llegando a su ciudad natal fue a comer menudo y después pasó a comer tortas ahogadas.
Por Patricia Villanueva / Enviada