Un siglo sin el padre del modernismo vienés

El "Modernismo vienés" es el movimiento que marcó las bellas artes, gracias a artistas como su exponente más famoso: Gustav Klimt y su óleo El beso, retrato cuya comercialización supera los cientos de millones de dólares.
Le siguieron en fama y prestigio las representaciones eróticas de Schiele, la propuesta del pintor y diseñador moderno Koloman Moser, así como el legado del arquitecto Otto Wagner, que dio identidad a varios edificios de su ciudad. Todos ellos fallecieron en 1918.
Klimt murió de un accidente cerebrovascular a los 55 años de edad, una infección se cobró la vida de Wagner a los 76 años. Un cáncer mató a Moser a los 50 años. Schiele sobrevivió al reclutamiento durante la Primera Guerra Mundial, pero murió con tan solo 28 años por la pandemia de la gripe española, tres días después que su espo- sa falleciera con seis meses de embarazo.
Más de una decena de exposiciones están previstas a realizarse en el transcurso de este año en Viena y otras ciudades austriacas, para celebrar la edad de oro del arte vienés que culminó a finales del siglo XX.
En 1897 Klimt y Moser dieron un portazo a la Casa de Artistas de Viena y oficializaron su "Secesión", movimiento conocido actualmente como modernismo y que proponía un "arte global" que combinara la pintura, el diseño y la arquitectura.
Escandalizaron en su tiempo especial- mente con la representación de una sexua- lidad cruda como parte clave de la realidad humana.
Al principio inspirado por el Art Nouveau, el modernismo vienés forma parte de un contexto de ebullición artístico también ob- servado en París y Munich. "Viena no fue un precursor en todo, pero hizo algo especial", apuntó la historiadora del arte Alexandra Brauner.
  Por Heraldo Redacción
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