El diván de Bef

El ilustrador y escritor comparte el momento en que su hija fue diagnosticada con autismo, un testimonio gráfico sobre su amor de padre y los retos de cada día

Bernardo Fernández Bef enfrentó una de las experiencias más difíciles de su vida de la única manera en la que sabe hacerlo: ilustrándola. “Hace siete años, cuando mi hija mayor, María, tenía dos años de edad, fue diagnosticada con autismo. Ése fue un golpe complicado para su mamá y para mí”. Esta dura prueba es narrada en Habla María. Una novela gráfica sobre el autismo (Océano Historias Gráficas, 2018), el cual fue escrito como un proceso de sanación. “El libro era como un diván dibujado: cada página era como una sesión, donde verbalizaba, confrontaba y analizaba”, aseguró el ilustrador. Se trata de un obra cercana y fácil de comprender para el lector, ya que está escrita desde la perspectiva de un padre que comprende la característica especial de su hija. En la novela hay dos voces. Una es la de Bef, quien narra su camino personal, el cual reconocerán todas las personas cercanas a un niño con capacidades diferentes. La otra es la de María, “quien tiene mucho que decir, sólo hay que aprender a escucharla”, explicó. Cada página es el resultado de la convivencia con la pequeña. “Hubo un momento en que dudé si lo iba a publicar o no, porque es muy personal; pero me di cuenta que a mí me sanaba hablarlo. Pensé en las tribunas de los AA y en cómo compartir puede ayudar a los demás”. Al ser la experiencia más dura de su vida, ahora se siente capaz de poder compartir con otros padres todos estos años al lado de su pequeña. “Quiero pensar que puede ser útil, no sólo a las personas cercanas al autismo, sino a cualquier forma de capacidad diferente”, dijo el autor de El instante amarillo, también protagonizado por la pequeña. Aseguró que está historia puede ser leída por cualquier persona, aunque hay un énfasis para quien ha vivido la experiencia de enfrentarse a un diagnostico tan fuerte. El autismo no es una enfermedad, sino una condición, explicó el escritor, pero hacía fuera se observa como una enfermedad y hay mucha gente que la considera como una minusvalía. “Yo siendo papá de María, me siento con la misión de lograr que las personas con capacidades diferentes sean percibidas de otra manera”, abundó. En el mercado existen diversos cómics sobre autismo, como los de Miguel Gallardo publicados en España, en los que cuenta su experiencia con su hija –también llamada María–, sintiéndose constantemente observado y sobre su vida cotidiana ya como adulta; por ello, Fernández decidió contar su historia desde el momento del diagnóstico hasta la fecha, con todos los retos que ello encierra. El autor intenta que el libro sea una esperanza para los padres de hijos con cualquier reto, ya sea intelectual o físico. “A pesar de que mi vocación es medio obscura, como se puede ver en las novelas policiacas, yo quería que esta fuera la parte más luminosa”, afirmó. Otro de sus objetivos es generar conciencia sobre las dificultades a las que se enfrenta una persona con capacidades diferentes para poder realizar sus actividades cotidianas. “A la labor de abrazar la diversidad le quedan muchos pendientes, pero vale la pena seguir en esa dirección”. Finalmente, si Bef pudiera decirle una única cosa a los padres que viven algo similar, les compararía el mensaje que el mismo recibió de los especialistas: “No es el fin del mundo y hay todo por hacer”. Esas palabras le cambiaron la vida. Por Melissa Moreno
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