Una antigua vecindad del barrio de
La Lagunilla, ubicada en la calle
República de Honduras 35, es el espacio donde cada semana acuden vecinos de la zona
lagunillera a ver y participar en distintas obras teatrales, las cuales organizan entre ellos desde hace siete años bajo la dirección del productor
Marcos Héctor García.
Con latas de
chile como lámparas y escenarios improvisados, este espacio es el único de la zona que lleva propuestas escénicas a los habitantes de este barrio.
“Desde
La Lagunilla, la cultura al alcance de todos” dice una placa que está colgada dentro de este lugar, al que
Marcos Héctor García llegó en 2010 y decidió fundar
El Espacio Teatral MH-35, el cual “ha ido hasta donde la gente ha querido; una comunidad que dirige su teatro, que produce su propio teatro, que busca sus actores en su propio barrio, y lo lleva a cabo” dijo en entrevista el productor teatral, quien invita a vendedores ambulantes de la zona, vecinos y originarios de ahí a participar en las obras.
Según cuenta
Héctor García, este espacio nació por el desinterés de las autoridades de cultura de la
Ciudad de México en
La Lagunilla “lo que menos les importa es venir a ver si una niña de aquí quiere estudiar danza, o si un niño quiere ser actor. No hay huella de la Secretaria de Cultura ni del
INBA ni la delegación
Cuauhtémoc. No hay ninguna casa de cultura en
La Lagunilla. Nosotros inventamos un espacio para que la gente conozca de políticas culturales y pueda reclamar lo que le pertenece y es suyo”.
https://twitter.com/RicardoMonrealA/status/733113392219611140
Este año el
Espacio Teatral MH-35 fue sede de la Muestra de Teatro Comunitario por la Dignidad 2017, en donde se presentaron las compañías Tribu Teatro, y la compañía
Arguende, con la obra
El enemigo del pueblo una adaptación del dramaturgo noruego Henrik Ibsen.
Además, fueron invitados especiales con la obra
La Cenicienta de La Lagunilla una puesta para niños en la que participan luchadoras transexuales de la colonia, las cuales forman parte del
Espacio Teatral MH-35 en La Lagunilla.
“Subir a una
transexual de barrio a hacer teatro es insólito. Comencé a trabajar con ellas, las busqué y convencí de mi idea original: hacer teatro infantil sin estigmas. Y que conozcan el lenguaje coloquial a través de la dramaturgia" .
El productor explicó que antes de hablar de teatro comunitario en el barrio de
La Lagunilla, es necesario enseñar a la comunidad vulnerable qué es el teatro, "qué es dramaturgia, qué es un monólogo y enfrentar al público desconocedor; hay que acercar a la mayor parte de la población de los barrios populares a la experiencia de ver y vivir las artes escénicas, a como dé lugar”.
POR SCARLETT LINDERO
FOTOS: BERNARDO CORONEL