Ray Loriga es el último ganador del Premio Alfaguara de Novela y es un escritor que se niega al uso desmesurado de la tecnología: no usa redes sociales y hace años que no tenía un celular, hasta ahora que lo requiere por los compromisos de la promoción del libro. En Rendición plantea una guerra donde los personajes son despojados de todo y, al mismo tiempo, parece que tienen la obligación de ser felices en una sociedad manipulada. Loriga se basa en la era de la comunicación en la que vivimos, un mundo en el que no es necesario que las personas sean delatadas por otros, ya que ellas mismas ponen su vida privada a disposición de la comunidad.
Construiste una ciudad transparente, ¿es una utopía o una pesadilla?
Al personaje principal, que es la voz narradora, le parece una pesadilla. Ese mundo ascético, semiperfecto, sonriente, ajeno a algunas naturalezas, puede convertirse en una condena. A pesar de que el hombre intenta adaptarse, no tiene las herramientas para permanecer en esas paredes transparentes.
¿Será que el ser humano no está hecho para un mundo traslúcido y perfecto?
Estamos hechos de más una razón de ser, y algunas son contradictorias. Si intentan eliminarse esas contradicciones, es posible que nos desnaturalicemos. Esto no es una defensa del mundo corrupto, pero ciertas fisuras en nuestras sociedades dan amparo a cosas malas, pero también a partes esenciales de nuestro espíritu.
La realidad mexicana es testigo de la manipulación por parte de la autoridad.
Aquí hay un programa que se ha pagado (Pegasus) con un interés concreto, esto es lo que el New York Times ha descubierto con respecto a México, pero uno se puede imaginar que estas cosas suceden en todas partes.
También has hablado de cómo son las propias personas las que exponen sus vidas privadas.
Es lo que llamo "la sociedad de la auto velación", lo hacen por pura vanidad. Cuando eras niño, la gracia de tener un diario era sellarlo para que nadie más lo leyera, era la protección de lo íntimo. Las redes sociales es dejar abierto ese diario para que lo vea todo el mundo. Esa línea entre lo público y lo privado se ha borrado.
¿Cuáles son las consecuencias de ser tan públicos?
No somos conscientes hasta qué punto esto no es gratis. Lo único que interesa de nosotros es, como en Pegasus, qué estamos haciendo. El interés en ciudadanos de a pie es económico, se busca patrones de consumo para afinar la maquinaria de venta.
No eres fan de la tecnología, ¿por qué tu interés en abordarla en algunas de tus obras?
Aunque personalmente las redes sociales no me interesan nada, me importa lo que está sucediendo y cómo nos puede llegar a afectar.
¿Eres pesimista con el futuro?
Creo que es tan horrible como el pasado. Soy realista y esto no invita a la euforia, sino al cuidado de las cosas y a prestar atención. Nunca he sido nostálgico y no pienso que cualquier tiempo pasado fue mejor.
¿Qué significa en este momento de tu carrera recibir el Premio Alfaguara?
Para muchos autores este premio ha sido el descubrimiento, su primer acceso a un número de lectores en Latinoamérica. En mi caso, ya venía con ese bagaje, he sido traducido en 15 idiomas, he viajado con mis libros, por lo cual no necesitaba un premio para ponerme en el mapa; pero sí me permite acceder a un número más amplio de lectores, que quizás sea su primer contacto con mi escritura. Luego viene la satisfacción personal.
Por Melissa Moreno