TRES EN RAYA

Toc, toc… El elefante en la sala llamado militarismo

La militarización es cada día más y más evidente en nuestra cotidianidad

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Tres candidatos, un presidente y, sobre ellos y todos nosotros, las Fuerzas Armadas. Las tareas encomendadas al Ejército y a la Marina muestran un país cada vez más militarizado y sin una pronta propuesta de desmilitarización. Para algunos sectores políticos considerar esto último ni siquiera entra dentro de sus prioridades.

Al respecto, decir que los uniformados deben volver a sus cuarteles no es una propuesta detallada, estructurada, seria y, por consiguiente, hablar en esos términos o no hacerlo da exactamente lo mismo.

¿Los candidatos harán referencia a la militarización? Deben hacerlo. Es menester. Xóchitl Gálvez remarcó en Querétaro que se debe desmilitarizar al país, aunque al mismo tiempo haciendo hincapié en que los uniformados deben estar en las labores de la seguridad pública nacional… La candidata de la oposición tocó una de las razones por las que el Ejército está desmoralizado, como es hacer labores de bacheo en vialidades. Pero ahora esbozar propuestas detalladas para que muchas de las actividades que deben ser realizadas por civiles, y hoy están en manos de militares, regresen a la administración pública atendida por civiles.

Claudia Sheinbaum en su discurso del pasado 1 de marzo no mencionó a las Fuerzas Armadas ni una sola vez, si bien al día siguiente dijo que “los militares seguirán apoyando en tareas de seguridad hasta que sea necesario”. No se pronunció al respecto de las demás actividades que llevan a cabo. Álvarez Máynez por su parte sostuvo: “yo no lo plantearía así (regresar al Ejército a sus cuarteles) … pero el problema es entender que no le toca a las Fuerzas Armadas hacer lo que los gobiernos no han tenido la voluntad, la valentía, la estrategia y el valor de hacer”. O sea, no los regresa…. Más tarde criticó lo que dijo Xóchitl sobre la inseguridad, pero resulta que la propuesta del candidato es casi una calca de la dicha por la hidalguense…

Sin embargo ninguno de los tres ha planteado cómo dar marcha atrás al papel de las Fuerzas Armadas como administradoras y en muchos casos dueñas de empresas. Eso, en mi opinión es el aspecto más delicado de la militarización que se niega pero que sí existe en México. Cómo hacerles retroceder en su carácter empresarial sin que protesten o, peor aún, se subleven. Un rol y poderío, además, no en ámbitos redituables pero sin importancia, sino en rubros tan delicados como son las aduanas, los aeropuertos civiles, las vías de comunicación.

¿De verdad van a prestar oídos sordos ante el monstruo que ha creado Andrés Manuel? ¿No hemos aprendido nada de la historia de muchos de nuestros vecinos latinoamericanos (Pinochet en Chile; Stroessner en Paraguay; Videla en Argentina; Bordaberry en Uruguay; Chávez en Venezuela; Somoza y ahora Ortega en Nicaragua; Castro en Cuba; y Castelo Blanco en Brasil. Y no son ni de cerca todos)? O, regresando al México de hace más de 100 años, ¿del mismo Francisco Ignacio Madero? Creer de manera ciega en la capacidad, eficacia, determinación y lealtad de los militares, pero siendo que el apóstol de la democracia terminó siendo traicionado y enviado a la muerte por uno de ellos.

Lo cual me lleva al meollo del asunto: López Obrador tiene en sus manos a los tres candidatos, pero a su vez a él lo tienen amarrado del pescuezo —junto con el país entero— las Fuerzas Armadas (bueno, además del crimen organizado).

La militarización es cada día más y más evidente en nuestra cotidianidad. Mas hasta ahora ese hecho —así, de frente—, no ha sido mencionado por los que aspiran a gobernarnos. Urge que lo hagan y que se rodeen de expertos que puedan comenzar a resolver este formidable entuerto.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADORA

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

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