TRES EN RAYA

Naturalmente, a Putin le conviene involucrar a Ucrania

¡Como anillo al dedo!, para utilizar la expresión de otro presidente devenido en autócrata. Así le sienta a Vladimir Putin la masacre de 133 personas en un concierto en Moscú

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¡Como anillo al dedo!, para utilizar la expresión de otro presidente devenido en autócrata. Así le sienta a Vladimir Putin la masacre de 133 personas en un concierto en Moscú. Ello por diversas razones, entre otras: (1) termina de silenciar la extraña muerte de su opositor encarcelado bajo sus órdenes, Alexei Navalny y (2) se olvidan las cuestionadas elecciones donde Putin ganó con un 82% de la votación…

Como anillo al dedo, pues ahora Putin y la maquinaria de propaganda rusa están enfocados en culpar a Ucrania de esta masacre. Poco importa que el Estado Islámico ya se haya adjudicado el acto terrorista y que él mismo tenga todas las formas y recursos para haberlo perpetrado. Tampoco importa que Rusia haya sido víctima antes de otros ataques de este grupo y que recientemente fuera amenazado por ISIS.

Menos aún que hace pocas semanas, las agencias de inteligencia y seguridad estadounidenses informaran al Kremlin de un posible ataque terrorista en su contra. Putin dijo que se trataba de propaganda para interferir en el proceso electoral de su país y que con los aparatos de seguridad que se tienen en Rusia, ya se habrían enterado de posibles intenciones terroristas…

¿Está tan mal el sistema de espionaje ruso —sistema del que formó parte Putin por muchos años y que ahora maneja—? ¿O es, en cambio, que el gobierno ruso venía venir el atentado y lo dejó pasar (o, peor aún, lo propició)? Y es que, a pesar de todas las pruebas de que el atentado terrorista fue perpetuado por el Estado Islámico, Putin sostiene que fue un acto del gobierno ucraniano. Pretexto ideal para castigar todavía más al pueblo de esa nación, escalando los bombardeos en sus ciudades.

Los acusados del acto terrorista son cuatro nacionales de Tajikistán, los cuales fueron presentados a la opinión pública mostrando evidentes huellas señales de haber sido torturados. No sorprende que el gobierno obradorista, tan vocal ante la ‘violación de los derechos humanos’ de mandatarios de otros países (como fue con Evo Morales o con Pedro Castillo), ahora guarde silencio.

Contradictorio, también, a la “política” de seguridad implementada en nuestro país de ‘abrazos, no balazos’ para los delincuentes o el criterio que se siguió para liberar a los asesinos de los 43 de Ayotnizapa. En la 4t nadie ha dicho nada de la icónica golpiza que les propinaron las autoridades rusas a los terroristas; a uno de ellos, le arrancaron una oreja durante el interrogatorio y a otro el pene.

En menos de un año, Rusia ha sufrido un acto terrorista y un motín armado (en junio de 2023, Yevgeny Prygozhin, líder mercenario ruso, en lugar de continuar atacando Ucrania, se volcó contra Moscú). Es imposible creer que Putin no pudiera defender a Rusia de un ataque terrorista y que no supiera que se planeaban estos actos.

De hecho, la muerte (dos meses después del motín) en un accidente aéreo del mencionado Prygozhin, hizo que Joe Biden dijera: “no ocurren cosas en Rusia que no tengan a Putin detrás”.

Los ucranianos son ejemplo de una lucha armada ya de dos años de duración en que nunca han utilizado tácticas terroristas. Por ello hay que desestimar como falaz lo que los dirigentes rusos señalan sobre sus enemigos de combate.

No hay ni una sola evidencia que vincule a Ucrania al ataque terrorista de Moscú. Sin embargo cientos de bombas FAB, altamente explosivas, son utilizadas de nueva cuenta a partir de este domingo por parte de los rusos para atacar a Ucrania. Los misiles llevan grabado: “por el Teatro Corkus”; bien podrían decir: “por el teatro montado por Putin”, ese espectáculo en el que ha querido involucrar a Ucrania.

Mientras tanto, en nuestro país, el gobierno de Putin (el cual tiene desplegados más espías rusos que en cualquier otra parte del mundo), vía propaganda de RT (Russian Times), ofrece una narrativa cercana a “los otros datos” tan típicos de López Obrador e involucra a Ucrania en algo en lo que no tuvo nada que ver.

Guardando distancia, la manera en que Putin culpa a Ucrania de algo que NO hizo, recuerda mucho a AMLO no pierde oportunidad para culpar a Calderón de todo lo malo que se deriva de la propia administración morenista.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADORA

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM  

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