A FUEGO LENTO

El huachicol nuestro de cada día

Lejos, muy lejos, está la 4T de erradicar la extracción y venta ilegal de combustibles; Puebla, convertido en una coladera

OPINIÓN

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Alfredo González / A Fuego Lento / El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La ordeña y la venta ilegal de combustibles son prácticas que siguen ocurriendo sin que la autoridad pueda erradicarlas. Lo más grave de todo es que ambos delitos están a la vista y al alcance de cualquiera, sobre todo en el centro del país, como en el estado de Puebla.

Por ejemplo, si uno viaja de la CDMX a la cuna de la talavera o viceversa, es común ver a lo largo de la autopista pequeños puestos de palo y láminas de cartón, en donde jóvenes y hombres mayores venden bidones de gasolina.

Lo único que los separa de la carretera son las barras de contención y es muy probable que, en caso de que llegue alguna autoridad, peguen la carrera al monte y nadie pueda alcanzarlos. Pero están a la vista de todos. Sólo falta que pongan un letrero para anunciar que venden gasolina robada: huachicol.

Aunque no es necesario. Lo que aparece en esas improvisadas gasolineras es un garrafón y una manguera. Al buen entendedor, pocas palabras.

Pero siempre lucen vacíos, aunque basta con que el cliente estacione a un costado su vehículo porque los vendedores salen de quién sabe dónde.

Todo eso ocurre, insisto, en una autopista de cuota, hecha y derecha. En el estado de Puebla, gobernado por el morenista Miguel Barbosa.

Los delincuentes no trabajan en la clandestinidad, ni hay que andarlos buscando debajo de las piedras. Lo hacen en las narices de todo mundo.

Actúan como los mismos que ordeñan ductos de gas y que hace unos días provocaron cuatro explosiones en cadena, con un saldo devastador: dos personas muertas y 17 lesionadas, cinco de ellas en estado de gravedad, en el pueblo de San Pablo Xochimehuacan. Esto, sin embargo, es reflejo de la dejadez del mandatario en turno, Miguel Barbosa.

Y los números no me dejan mentir: Puebla se mantiene en los primeros lugares de robo de gas LP en ductos de Pemex. Según la empresa al servicio del Estado, entre enero y agosto de 2020 registró mil 511 tomas ilegales de gas LP a nivel nacional, de las cuales 67 por ciento se encontraron en Puebla. ¿Y luego? ¿Qué hicieron Barbosa y las autoridades federales con esa información? Por el saldo de la explosión del domingo pasado, quiere decir que
hicieron muy poco o nada.

Las tomas clandestinas y la venta de combustible son parte del paisaje, los usos y las malas costumbres.

Y que Dios nos agarre confesados, porque eso quiere decir que Puebla y otros estados son un polvorín que sólo necesita de un chispazo para estallar, como ocurrió en Tlahuelilpan, en enero de 2019. Con aquella tragedia se estrenó el gobierno de AMLO.

Pero ya nadie quiere acordarse de eso, a pesar de que murieron 73 personas y otras 74 resultaron con quemaduras y heridas muy graves, que serán difíciles de borrar, como difícil ha sido para la 4T eliminar a los huachicoleros.

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Una de las manifestaciones del burocratismo es el relajamiento en el trabajo debido a la indiferencia o la negligencia”.

POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ

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